Franco Colapinto tras carrera frustrante en Las Vegas: auto desastroso
Franco Colapinto vivió una jornada complicada en Las Vegas y terminó 17.º en la carrera tras un contacto inicial que condicionó por completo su rendimiento y el del monoplaza.
El incidente con Alexander Albon dañó el difusor del auto de Colapinto desde el comienzo, según explicó el propio piloto.
Ese daño afectó la eficiencia aerodinámica de su bólido y se reflejó en un ritmo muy por debajo de lo esperado durante toda la noche.
En su balance, Colapinto calificó la experiencia como “frustrante” y describió el coche con palabras duras: “un desastre”.
El piloto argentino apuntó a una “carencia crítica de adherencia (grip)” que, en su opinión, volvió el monoplaza ingobernable en varias fases de la prueba.
La falta de grip se tradujo en una inestabilidad del tren trasero que dificultó tanto la tracción al salir de las curvas como la gestión del frenado con seguridad.
Colapinto insistió en que, más allá de la pérdida teórica de carga aerodinámica, la sensación al volante fue de una degradación mucho mayor.
Esa percepción derivó en una carrera “carente de aspectos positivos”, donde la tarea principal fue simplemente llegar hasta la bandera a cuadros.
Aun así, el piloto reconoció la resiliencia necesaria para completar la prueba, aunque confesó la “bronca” por la imposibilidad mecánica de ser competitivo.
Además del daño en el difusor, Colapinto cuestionó la estrategia de su escudería durante la carrera.
Según el argentino, la parada en boxes se efectuó “demasiado temprano”, y mantener el stint con el compuesto medio fue un error.
Explicó que, en su sensación, el neumático duro ofrecía mejores prestaciones y habría sido preferible alargar más la tanda.
La falta de balance del coche fue el eje de todos los problemas y obligará al equipo a revisar minuciosamente los datos recopilados.
Ese análisis será clave para intentar recuperar terreno en el próximo compromiso del calendario.
La lectura del piloto y del equipo deberá centrarse en comprender el impacto del daño en el difusor sobre la aerodinámica y el comportamiento de los neumáticos.
Colapinto y su equipo afrontan ahora la tarea de ajustar la puesta a punto y la estrategia para evitar repetir los mismos errores.
La jornada en Las Vegas deja un mensaje claro: sin grip y con un tren trasero inestable, cualquier esperanza de luchar por posiciones de punta se desvanece.
La discusión sobre la elección de compuestos y el momento de las paradas en boxes se convierte en un asunto prioritario para la escudería.
En la próxima carrera quedará la expectativa de ver si las correcciones en el balance del auto y la estrategia permiten a Colapinto recuperar competitividad.
Mientras tanto, el piloto se queda con la frustración por una actuación condicionada desde el principio por un toque que, según sus palabras, marcó toda la noche.
