Día del Militante en Argentina: su historia y por qué importa

Día del Militante en Argentina: su historia y por qué importa

Hoy se conmemora el Día del Militante, fecha clave del calendario político argentino.
El 17 de noviembre de 1972 marcó el regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina tras 18 años de exilio, un hito que hoy impulsa la reflexión sobre la militancia y el Peronismo.
Esta jornada invita a repensar el sentido de la militancia en un momento complejo para el movimiento justicialista.
Frente a las dificultades actuales, se vuelve imprescindible una autocrítica profunda para recuperar el apoyo mayoritario del pueblo y volver al poder con un proyecto claro de Justicialismo.
La militancia cobra especial relevancia cuando los ideales y las utopías parecen diluirse.
Ejercer esta vocación exige convicción y entrega, aun cuando la política sea objeto de cuestionamientos públicos.
Las voces que buscan desprestigiar la actividad política complican la tarea cotidiana de quienes militan.
Esos obstáculos, sin embargo, no disminuyen el valor de la acción comprometida.
El compromiso militante incluye renuncias: horas quitadas al descanso y a la familia, sacrificios personales y desazones.
Detrás de esa entrega están los anhelos de dignidad, justicia social e igualdad que impulsan la acción colectiva.
Sin la llama interior que mueve la rebeldía contra la injusticia y la voluntad de cambio, resulta difícil comprender la esencia de la militancia.
Lamentablemente, en ocasiones la práctica militante se ve empañada por actitudes egoístas de algunos que anteponen intereses personales al bien común.
Esa deslealtad no puede ni debe eclipsar la enorme labor de la mayoría de hombres y mujeres que donan tiempo y trabajo en beneficio del pueblo.
El Peronismo debe su fortaleza a la cantidad y la calidad de sus militantes, muchos de los cuales llegaron a arriesgar hasta su vida por una patria más justa.
Recordar ese sacrificio obliga a sostener un compromiso ético con lo colectivo y lo social.
Para quienes se reconocen militantes, el desafío es mantener una política con profundo sentido humano.
Es necesario garantizar que la acción política mantenga la solidaridad como herramienta central para combatir la marginalidad y la pobreza.
La lucha contra la injusticia y la exclusión debe seguir siendo una prioridad del movimiento.
Evita encarna ese modelo de militancia comprometida con los sectores más vulnerables, un legado que se reivindica en esta fecha.
La memoria de su acción refuerza la urgencia de una política cercana a la gente y orientada a la justicia social.
Recuperar la centralidad de la militancia pasa por aceptar la crítica, renovar prácticas y priorizar el bien común.
El Movimiento tiene por delante la tarea de convertir la reflexión en acciones concretas que vuelvan a inspirar esperanza ciudadana.
Solo desde la coherencia entre palabras y hechos se podrá concitar de nuevo el apoyo mayoritario del pueblo argentino.
Reinventar la militancia implica formar nuevos cuadros, profundizar la vocación de servicio y mantener la disciplina en la acción cotidiana.
Ese camino exige paciencia, compromiso sostenido y una permanente orientación hacia la justicia e igualdad.
En este Día del Militante, el llamado es a fortalecer la política como instrumento de transformación social y a preservar la tradición militante para construir una Patria más justa para todos.