Respeto, la guía de David Castaño, entrenador de Atlético Longchamps

Respeto, la guía de David Castaño, entrenador de Atlético Longchamps

David Castaño, coordinador de Atlético Longchamps, reivindica el respeto como pilar en la formación del fútbol infantil

En el marco del Día del Entrenador, celebrado el jueves 13 de noviembre, David “Davico” Castaño repasó su trayectoria en el fútbol y su trabajo actual como coordinador general de la tira roja de Atlético Longchamps, que compite en la liga ADIAB.
Castaño aprovechó la fecha para analizar su método de trabajo con los chicos del club y el papel que cumplen las familias en la formación deportiva y humana de los juveniles.
El técnico subraya que el respeto es la base de su enseñanza: entre compañeros, hacia el rival y hacia los entrenadores.
Atlético Longchamps, del distrito de Almirante Brown, reúne alrededor de 500 chicos entre las tiras roja y blanca, según el propio entrenador.
En su rol, Castaño dirige una tira que participa en ADIAB, conduce un equipo que compite en la Liga Metropolitana y está al frente de una escuela de fútbol.
Antes de dedicarse a la dirección técnica, Castaño fue futbolista profesional y vivió la experiencia de integrar preselecciones juveniles de Argentina en los años noventa.
Se formó en San Martín de Burzaco, donde debutó en Primera con apenas 16 años.
Esa trayectoria como jugador le permitió acumular experiencias que hoy vuelca en los entrenamientos de los más jóvenes.
“El respeto es fundamental”, repite como principio clave en la convivencia del grupo y en la disciplina deportiva.
Tras su paso por el ascenso, fue preseleccionado en categorías Sub17 y Sub20 en un combinado de jugadores provenientes del ascenso.
Más adelante jugó en España, en Granada, hasta que un conflicto contractual con su pase lo obligó a abandonar la actividad profesional.
En 2002 inició su carrera como entrenador, comenzando en el club de barrio Arzeno, muy cerca de su hogar.
Desde entonces se especializó en fútbol infantil, pasando por clubes como Arzeno, Alberdi de Burzaco, El Fortín y Brown de Adrogué.
Hace seis años llegó a Atlético Longchamps, donde consolidó su trabajo en las divisiones menores.
Para Castaño, el fútbol es la parte más importante de su vida y entiende el entrenamiento como una siembra diaria.
Considera que el primer aprendizaje para un chico que ingresa al fútbol es el respeto hacia los compañeros, el árbitro, el rival y los profesores.
Además, advierte que los entrenadores deben enseñar fundamentos que antes los jóvenes aprendían en la calle: pase, recepción, conducción, levantar la cabeza y la resolución en pocos toques.
El entrenador también destaca la influencia del entorno familiar en el desarrollo deportivo.
Señala que la presión familiar suele ser un desafío: cuando el padre, el tío y el entrenador dan mensajes distintos, los chicos se confunden.
Por el contrario, las familias que transmiten tranquilidad facilitan que los jugadores desplieguen su potencial sin cargas excesivas.
Castaño valora el vínculo cercano que establece con sus dirigidos y reconoce que muchos le confían aspectos personales que no comparten en su casa.
Ese lazo se hace evidente cuando los juveniles deben dar el salto a categorías superiores: la despedida es un momento emotivo y difícil.
“Cuesta largarlos porque los tenemos desde muy chiquitos”, explica, y remarca que el cuerpo técnico forma parte importante de la vida de esos chicos.
Su relato combina la experiencia como exjugador y la vocación por formar futuras generaciones en el fútbol infantil desde el respeto y el acompañamiento familiar.