Malaspina antes de la final de la Copa Argentina: Vamos por lo nuestro
“Tenemos que ir a buscar lo que tanto nos merecemos”, dijo Cristian Malaspina antes de la final de la Copa Argentina que Argentinos Juniors disputará ante Independiente Rivadavia, dentro de dos días. El presidente del club habló de tranquilidad, organización y de la ilusión de un equipo que vuelve a estar en la antesala de un título tras cuatro décadas.
Lejos del nerviosismo extremo, en el club reina una ansiedad serena: Argentinos llega en buena forma y con la tranquilidad de haber afrontado esta instancia sin lesionados importantes. “Siento que tenemos que estar tranquilos: ir, jugar, ganar y buscar lo que es nuestro. Lo que tanto nos merecemos y queremos disfrutar”, afirmó Malaspina.
Sobre el cansancio previo a la final, agregó con humor y emoción: “Más o menos duermo, ja. Estoy cansado pero feliz. Cansa el estrés de organizar una final y que salga todo bien, que la gente pueda ir cómoda y que todos podamos disfrutar de este momento único”. Para el dirigente, que habló entre risas y lágrimas, jugar la final tan pronto fue positivo: evitó riesgos de lesiones y permitió no tener que correr la temporada local pendientes de esta definición.
Malaspina también explicó el agradecimiento público del club a la organización de la Copa Argentina y a la elección de San Luis como sede: “Copa Argentina es una empresa privada que busca ganar plata. Todos sabíamos que San Luis era la posible sede porque el gobierno de la provincia costea la organización. Sin embargo, priorizaron el pedido de ambos clubes por una cancha cómoda para la gente, con hoteles y vuelos; una plaza donde la policía esté acostumbrada a organizar un partido de fútbol. Por eso el agradecimiento: pensaron en la gente”.
El presidente repasó la frustración de gestiones anteriores: “En mi etapa llegamos a cinco semifinales y las perdimos; nos quedamos nueve veces en la puerta… Es mucho. Por eso la alegría de superar esta etapa y estar a nada de coronar un sueño que hace 10 años de gestión estamos esperando”. Tras el pase a la final publicó en redes la frase “Romper la pared” de Di María, pero aclaró: “Es un paso más, no alcanza. Esto puede ser el puntapié inicial para muchas otras cosas”.
Sobre el impacto que tendría ganar la Copa Argentina, Malaspina fue categórico: “No tengo dudas. Ganar esta final sería la puerta de entrada a muchas otras alegrías. Siempre lo primero es lo más difícil”.
La final llega en la recta final de sus diez años de gestión, un ciclo que define como colectivo y formador de generaciones dirigenciales: “Somos un grupo que arrancó en 2015; los que tenían 15 ahora tienen 25. Los mayores pudimos inculcar la forma de gestionar del club, lo que está bien y lo que está mal. A futuro me veo gestionando ese espacio como un referente, sea o no presidente”.
La emoción le ganó en la entrevista: “Llegar hasta acá fue muy duro. Es soñado. Es una semana muy difícil y emotiva”, dijo Malaspina entre lágrimas, recordando tiempos en los que el club apenas podía pagar sueldos y los socios cuidaban la entrada para garantizar el ingreso a la sede.
La devoción por Diego Maradona también está presente: Malaspina contó anécdotas del vínculo entre el club y el Diez, y recordó que el primer llamado tras ganar la elección en 2015 fue de Maradona. Sobre la posible influencia espiritual, relató que llevó la camiseta del club al Vaticano para bendecirla: “Algo pedimos, ja. Uno se agarra de todo”.
En lo deportivo y económico, el presidente describió la fórmula del club: fuerte trabajo de Secretaría Técnica y scouting, comprar barato, potenciar y vender caro. “No es magia: es un club ordenado, una estructura ambiciosa que se sostiene con ventas”, dijo, citando ejemplos como Ávalos, Gondou y Tomás Molina. Explicó además el contrato por productividad que equilibra sueldos entre juveniles y fichajes: “El que juega cobra un poco más; el que no juega, un poco menos”.
Malaspina destacó la austeridad como parte del ADN dirigencial: mencionó el episodio viral de empleados yendo a buscar una pelota perdida y lo sostuvo como muestra de cuidado de los activos, algo que contribuyó a un superávit de u$s 4 millones. Recordó también la difícil situación de 2016 con una deuda de u$s 20 millones y la oferta de Rodolfo D’Onofrio para comprar un paquete de jugadores, decisión que finalmente no se concretó y que llevó a vender un terreno por u$s 700.000 para ordenar las finanzas y mantener el plantel que luego tuvo éxito.
Sobre logística para la final, confirmó que se movilizarán entre 100 y 120 micros y tres aviones. El club costea los micros en beneficio del socio: “Hoy lo podemos hacer; es un mimo al socio que paga la cuota todos los meses. Entre el club y sponsors que colaboran, podemos llevarlo a cabo. Es parte de la función social del club”.
Malaspina valoró la cercanía con los socios y su práctica de reunirse cara a cara con 200 o 300 hinchas: “Me gusta sentarme a hablar con gente que conozco y son amigos de mi familia. Nadie graba nada y charlamos sea la situación que sea”.
Para cerrar, la promesa antes de la final fue mesurada: “Siempre hay promesas. Ojalá las pueda cumplir. Hay que estar tranquilo y saber disfrutarlo; es una semana linda para disfrutar”.
