El superclásico se jugará en un escenario inesperado y sorprende

El superclásico se jugará en un escenario inesperado y sorprende

El Superclásico Boca-River llega en un escenario inesperado: Boca está cuatro puntos por encima de River y el clásico se presenta con presión reversa, con el Xeneize relativamente cómodo y el Millonario obligado a recomponer su imagen.

El domingo dejó dos extremos sorprendentes. En el primer turno, Boca obtuvo la ventaja gracias a una jugada provocada por Ander Herrera y a la personalidad del árbitro para sancionar un penal que, en definitiva, lo fue. Cuando el equipo ya se resignaba al empate 1-1, apareció esa chance imprevista que terminó transformándose en los tres puntos.

Más tarde, ya de noche, River salió a buscar la recuperación y sufrió otro golpe. Hubo una falta torpe, un agarrón como tantos que podía cobrarse, y el partido derivó en una despedida de terror para los protagonistas.

En este contexto inesperado del Superclásico, Boca además se sobrepuso a un error increíble de Marchesin y cerró uno de sus mejores domingos de los últimos tiempos. Esa capacidad para sacar adelante partidos con decisiones polémicas le permitió llegar con ventaja en la tabla.

Así las cosas, el más presionado para el Súper es River. Aunque tiene casi resuelta la clasificación a octavos de final de la Liga, el equipo sigue desconcertando, la gente está encendida y el ambiente se transformó en una olla a presión que nunca se había vivido con Gallardo.

De cara al Superclásico, el panorama es inimaginable: Boca cuatro puntos arriba, sin la obligación imperiosa de ganar, pero con una ventaja que tampoco es amplia como para relajar la exigencia.