48 alineaciones en 50 partidos: la crisis de confianza de River Plate

48 alineaciones en 50 partidos: la crisis de confianza de River Plate

48 formaciones en 50 partidos: el dato resume la crisis de confianza que atraviesa River bajo Marcelo Gallardo. La falta de continuidad en las alineaciones y la ausencia de una identidad de juego ponen en evidencia un equipo que no termina de consolidarse y que aleja cada vez más el vínculo con los hinchas.

Gallardo, señalado como responsable por la inestabilidad, también reconoció la dificultad: “hicimos jugar a varios futbolistas pero siempre nos costó afianzar y consolidar un equipo”, dijo tras la dura derrota con Sarmiento. Aunque el técnico acumula culpa por la inconstancia, los jugadores tampoco ofrecieron respuestas sostenidas en el campo.

Las métricas son elocuentes: en el año Gallardo probó 48 combinaciones distintas en 50 partidos; en el segundo semestre, en 21 encuentros no hubo copy/paste en las alineaciones. Esa volatilidad impidió que el River 2025 mostrara un rostro homogéneo en forma simultánea.

Si en su primer ciclo el Muñeco pudo imponer un ADN colectivo pese a los cambios de nombres, en este tramo no logró ensamblar “un River”. Tampoco apareció un líder futbolístico claro dentro del campo: Gallardo intentó encontrarlo en Manu Lanzini, en Nacho Fernández, en Juanfer y en Enzo Pérez, tanto por separado como en distintas asociaciones entre ellos, sin éxito definitivo.

Como contracara, ni los futbolistas heredados ni los refuerzos incorporados en estos 15 meses revirtieron la tendencia. El equipo terminó contagiando al entrenador de un clima de pesimismo que se tradujo en más dudas tácticas y de confianza.

Entre los nombres que generan debate aparece Giuliano Galoppo, resistido por la ejecución de su penal ante Sarmiento pero también destacado por los goles que aportó en la segunda parte del año, convirtiéndose en el goleador más efectivo del semestre.

En defensa, la mayor continuidad la tuvieron Franco Armani, Marcos Acuña, Lucas Martínez Quarta y Gonzalo Montiel. Paulo Díaz, hasta hace un año titular indiscutido y aplaudido, mermó su nivel y perdió su lugar ante Lautaro Rivero, repescado por el cuerpo técnico.

Esta rotación constante atentó contra la confianza que los futbolistas deben brindarle al entrenador y, a su vez, contra la estabilidad que necesitan para consolidarse. Si no se logró torcer el rumbo con paciencia, hacerlo ahora en un Monumental que será un cabildo abierto con los jugadores se presenta como un desafío aún más exigente, con el antecedente de la bronca de los hinchas tras el partido con Sarmiento como recordatorio inmediato.