Canning: cómo apps de comida cambiaron la rutina de vecinos y negocios
Canning: cómo las apps de comida transformaron la rutina de vecinos, comercios y repartidores
En Canning, las apps de comida y el servicio de delivery, con Pedidos Ya como protagonista, se integraron al día a día: desde una hamburguesa hasta un café llegan con un solo clic, multiplicando las motos en movimiento y cambiando hábitos de consumo, trabajo y venta en la zona. Comercios, repartidores y usuarios coinciden en que la comida a domicilio modificó la rutina local y la logística comercial.
“Arranqué hace unos diez meses, en verano”, cuenta un repartidor que trabaja en moto desde la zona de La Unión. “Elijo Canning porque ya conozco el lugar y me resulta más seguro. Además, los pedidos son más seguidos y los pagos, mejores.” Los envíos hacia los countries y las áreas gastronómicas del corredor Canning–San Vicente son los más frecuentes, por eso muchos eligen ese territorio.
Para quienes trabajan sobre dos ruedas, la plataforma ofrece flexibilidad y cercanía, pero también una rutina exigente. Los horarios se ajustan al movimiento comercial: la franja de mediodía y la noche concentran la mayor cantidad de pedidos, sobre todo los fines de semana.
Un repartidor de Pedidos Ya en Canning.
Del otro lado de la pantalla, los consumidores destacan la rapidez y la variedad de opciones. “Llego a trabajar a las ocho y recién a las diez me da hambre. Pido un tostado o un café, y en diez minutos lo tengo en el local. Es muchísimo más fácil que preparar algo en casa”, relata una empleada que usa la app.
La comodidad y la inmediatez se volvieron argumentos decisivos. En Canning, donde el ritmo diario combina oficinas, locales y barrios privados, el delivery funciona como extensión del trabajo y del ocio: desayunos, almuerzos y meriendas pedidos por aplicación integran la jornada laboral y evitan desplazamientos.
Los locales gastronómicos también reconocen el impacto del delivery en sus ventas. “Lo usamos como una herramienta más para vender”, explica un encargado de restaurante. “Nos sirve mucho al mediodía, cuando la gente de los complejos pide desde el trabajo, y también los fines de semana, porque no tenemos delivery propio.” Para muchos comercios, la plataforma es un canal de venta indispensable en los días de mayor movimiento.
El mapa de la zona condiciona la demanda: Canning mantiene un perfil residencial y tranquilo, mientras que las áreas comerciales generan pedidos cortos y constantes. “Los pedidos salen desde acá, y a veces elegimos si conviene o no ir hasta más lejos, según la hora y el trayecto”, detalla un repartidor. La logística se organiza según el tránsito, la distancia y los incentivos que ofrece la app.
Detrás de cada entrega hay una red de nuevos vínculos: repartidores que se saludan en los semáforos, locales que ajustan su carta según la demanda y clientes que ya tienen “su” repartidor habitual. En una localidad donde la tecnología avanza sin perder el sentido de comunidad, Pedidos Ya se convirtió en una postal del presente urbano.
Los más pedidos del día en Canning
Los desayunos rápidos y los almuerzos de oficina encabezan el ranking de pedidos en Canning. Los productos más frecuentes son cafés con leche, tostados y hamburguesas. La franja de mayor movimiento va de 12 a 15 y repunta entre las 20 y las 22.
Los fines de semana, las hamburgueserías y pizzerías lideran las entregas; durante la semana predominan los cafés y snacks. “Es increíble cómo cambia según la hora; a la mañana, el café es rey”, resume una trabajadora del centro.
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