Taekwondista de Almirante Brown conoció a Maradona y guardó un mensaje
Cuando la taekwondista de Almirante Brown Aylén Romachuk conoció a Diego Maradona y recibió un mensaje que nunca olvidó
El 20 de julio de 2016, Aylén Romachuk, taekwondista de Almirante Brown, vivió un encuentro que marcó su carrera: conoció a Diego Armando Maradona en las canchas de Adrogué que Héctor “Negro” Enrique había inaugurado y escuchó de él un mensaje motivacional que aún recuerda. El suceso ocurrió días antes de que Romachuk viajara —aunque finalmente no pudo hacerlo por razones ajenas— al Mundial de taekwondo en Hungría.
Romachuk relató a El Diario Sur que la invitación fue inesperada. Salía en bicicleta del club de Brown en Adrogué cuando recibió un llamado del Negro Enrique: “venite para las canchas que está el Diego y te quiere conocer”. Sorprendida, se acercó de inmediato a las instalaciones ubicadas sobre la avenida Hipólito Yrigoyen al 13100, inauguradas poco antes por Enrique, exjugador de la Selección Argentina y campeón del mundo en 1986.
Al llegar, explicó, se presentó en la recepción y escuchó a Enrique decirle a seguridad: “dejala pasar”. “Paso, lo abrazo, y cuando entro lo veo al Diego. No lo podía creer”, contó. Dejando de lado su faceta periodística —trabajaba para un medio regional— tomó coraje, le dio la mano y se presentó: “Diego Armando, un gusto, Aylén Romachuk”.
Durante la charla, Maradona se interesó por su trayectoria y por su participación en el Mundial de taekwondo en Hungría. “Me emocionó que él se interese por mi deporte, que no es tan popular. Se solidarizó enseguida y quiso ayudarme para que pudiera viajar”, dijo la deportista a El Diario Sur. Más allá de las gestiones, lo que más la marcó fueron las palabras de ánimo: “Transpirá la camiseta, déjalo todo, no importa el resultado”.
Romachuk aseguró que aquella frase influyó en su mirada como atleta: “Uno como deportista siempre quiere ganar, pero a veces no se da, y esas palabras me ayudaron a entender que lo importante es el esfuerzo y el proceso”. Años después, la taekwondista continúa vinculada a la actividad en distintos puntos del sur del conurbano y procura transmitir ese mensaje a sus alumnos: “Las palabras de Diego me marcaron. Hoy trato de que mis alumnos valoren el proceso, no solo el resultado. Ese es el legado que él me dejó”.
